Ruth Ortiz Martínez

24 de ene de 20211 min.

Navidades 2019.

Por no alargar mucho más, mi día a día se había quedado inmerso en el deporte, evitar alimentos y mirarme en el espejo.

Sí que intentaba hacer vida normal, pero en el fondo estaba ausente. Dejé de disfrutar poco a poco y no me iba dando cuenta, aunque me avisaban; hasta que me aislé.

Las oposiciones me mantenían algo más cuerda y para ello tenía que hacer un gran esfuerzo físico, quiero ser policía nacional; y aunque me advirtieron muchas veces que, si seguía por este camino iba a tener que dejarlas, yo no lo veía entonces y seguía machacándome día tras día. Como tampoco pensé que se me caería el pelo, que mi piel dejaría de ser la que era, que me costaría respirar, reír, disfrutar etc., porque cuando te lo dicen, se ve todo tan lejano que no puedes llegar a pensar que esas cosas te pueden llegar a pasar.

Y la época navideña, en la que todos disfrutamos de la familia, los amigos, el salir… para mí dejó de tener ese sentido. Me olvidé de todo eso. Me olvidé de todo lo que tenía alrededor.

    7040
    42