Ruth Ortiz Martínez

24 de ene de 20212 min.

Ponerle nombre al miedo.

Nunca he sentido tantas ganas de que acabara un año. Y aunque ha sido malo para todos, yo lo puedo nombrar como el peor de mi vida.

No puedo alargarme demasiado en un blog explicando cada pasito que he vivido con mi enfermedad; pero solo quiero poder ayudar o hacer ver la realidad, un poquito más de cerca, a personas que estén pasando por la misma situación que yo con un pedacito de mi alma. Y ojalá ayude mucho.

Ha sido más de un año, y no puedo hablar en pasado porque aun sigo luchando, pero la tengo un poquito más lejos.

Hablo de anorexia. Ha sido y sigue siendo mi amiga o más bien ya, mi compañera durante bastante tiempo. Quizá podría decir que fue mi alma gemela.

Cuando parece que lo tienes todo de tu mano y controlado, metas y objetivos por cumplir, la vida te pone a prueba. Y digo la vida, porque nadie es culpable de esto. Y este es el primer mensaje que quiero transmitiros: No os sintáis culpables. No tenemos culpa de nada. A mí me costó mucho llegar a entender esta frase, pero os aseguro que es totalmente cierto.

Me considero una persona muy exigente y quizá, en muchas ocasiones, esto puede pasarte factura. El perfeccionismo absoluto no existe, las redes sociales no muestran una realidad verdadera de nadie y lo más importante, pese a todo, es aprender a quererse a uno mismo, porque todos somos maravillosos y tenemos esa pequeña luz que nos hace brillar. Y aquí está el segundo mensaje: “Todos somos luz”, primero para nosotros y después para las personas que tenemos al lado.

Y ahora, ¿qué es ser feliz? Es un concepto que tenemos muy en mente siempre, pero lo ignoramos, y si analizamos su contenido puede resultar algo abstracto.

Ser feliz, para mí, es aprender que el momento perfecto es este. Cuando somos felices, nuestro cuerpo genera lo que se llaman las hormonas de la felicidad y para eso, hay que estar, y muy importante: SENTIRSE VIVO.

La anorexia me ha quitado salud y se ha llevado de su mano gran parte de mi felicidad, de mis metas y mis sueños durante mucho tiempo, que ahora con mucho esfuerzo y valentía, estoy recuperando.

Y, tercer mensaje: Sed valiente y no os rindáis. Sé que lo sois, como lo estoy siendo yo.

Considero valiente a la persona que lo sufre, pero más, a las personas que acompañan en el camino, las que ayudan y aguantan cada paso, pero, sobre todo, a las que pertenecen.

    10090
    58