Carta a la anorexia pensando en ella como un boa constrictor que es tu amiga.

Me conoces. Has sabido verme a distancia para poder presentarte como la mayor y mejor amiga que podía tener. Como el primer día que llegas a la universidad y alguien te habla por primera vez. Pero tú sin preguntar, te has metido de lleno y me has hecho contarte hasta el mayor de mis secretos. Me has hecho ser tan cómplice tuya, que he dejado mi vida por dártela a ti. Suena a utopía, pero es verdad. He dado casi mi totalidad de vida para dejarte a ti respirar. Somos aliadas, amigas y compañeras. Me haces verme guapa con 2, 3, 4 o 10 kilos menos. Más bella con menos talla de pantalón, y si puede ser un poco menos, mejor. Más secretos para ti, más respiro para mí. Más mandatos por tu parte y más sumisión por la mía. Has hecho que me haga amiga de los centímetros, yo que odiaba los números y las matemáticas. Me has hecho cambiar el turno de mi vida para llevarme por otro callejón que tenía más luz, porque era lo que quería y lo que me llevaría a la felicidad. No me has dejado sola en ningún momento, ni me has abandonado. Incluso cuando algún día intentaba hacerlo, más cerca has estado de mí, recordándome la importancia que tenías y lo libre que me hacías sentir a tu lado.

Te has convertido en la mayor amiga que podría tener. Nunca una queja. Siempre que poníamos algo de manifiesto sabía que podía contar contigo, para todo. Daba igual que te preguntase una cosa u otra, siempre me contestabas con lo que yo quería oír o ver.

Me has hecho ver la vida de otra manera. He abierto la mente para darte alas a hacer lo que realmente querías hacer. Te abrí las puertas de mi vida, de mi alma y te di todo lo que se le puede llegar a dar a la persona que más quieres. No te fallé y si lo hice, te lo supe recompensar. Buscaba tu tranquilidad para encontrar la mía. Somos almas gemelas. No puedo despegarme de ti, ni tú dejas que lo haga.

Cuanto más cerca estamos, más tranquilidad sentimos. Cuando más te obedezco o más sigo tus consejos, mejor me siento, más guapa me veo y más feliz me encuentro.

¿Quién no querría tener algo así?

Es de admirar tener a alguien que está pendiente de ti las 24 horas al día, preocupándose en todo momento porque te veas más bella enfrente de un espejo, tengas una autoestima alta, te quieras y te veas preciosa.

Me has llevado a conocer el mundo de las pasarelas de moda, las infuencers y la belleza de la extrema delgadez como lo más bonito del mundo, y cuanto más, mejor. Incluso a mí, que tengo como sueño ser policía, me hiciste cambiar el pensamiento para llevarme a la utopía del mundo de lo bello, lo artificial y lo complejo, haciéndolo fácil, agradable y aunque con sacrificio, pero apto para conseguir.

Me has hecho conocer el mundo de la comida real y que todo lo demás, como sabemos, no vale, porque tus consejos son los mejores del mundo y me han llevado a ver el mundo con otros ojos, más sabios y puros.